sábado, 1 de enero de 2022

TIPS para el escritor / la escritora / le escritoré





En estos tiempos tan enrrevesados, suelo dedicar mis horas a un sin fin de actividades y quehaceres, de los podría separar entre los imprecindibles y los recreativos. 

Lavar, barrer, cocinar, atender a mis cachorros humanos... Son deberes que no puedo dejar de hacer aun que a veces realmente quisiera darme un gran break y desconectarme de aquello que no puedo dejar pasar durante el día.

Escribir, dibujar, pintar, tallar, entrenarme física y mentalmente... Son cosas que bien encasillaría en el bloque de actividades recreativas. Y, si bien es cierto, son momentos de distracción y distención, no habremos de olvidar nunca que esta misma actividad es la que nos otorga un descanso a nuestro cuerpo, nuestro espíritu, y nos libera del estrés y de las cargas emocionales que vamos acumulando durante los días, semanas y meses.

Hacía mucho tiempo que quería dedicar un rato de escritura, pero por lo mencionado antes, ¡Uf!... Se me hace muy, muy complicado. Y sin embargo aquí estoy: Escribiendo de pie, mientras escucho el impertubable sonido de la secadora de pelo de mi esposa. Mi hijo mayor me habla y lo escucho a medias, mientras por el rabillo del ojo veo la mota blanca y peluda de mi perra que se pasea de aquí para allá buscando alguna migaja que esté abandonada a su alcance, sobre la baldosa. Una diminuta mosca sobrevuela muy cerca de mi teclado y se pierde entre una frutera cargada de plátanos maduros y algunos cuantos cables de teléfono. Y, encima, debo prestar concentración a esta publicación. Así que, ahora que mi mujer se dignó a pulsar el botón de apagado, y anhelando que no le haya quedado pelo por secar (Dificil en las mujeres, e incluso en mí, que uso el pelo largo).

Quisiera dedicar este apartado en entregarles a ustedes algunos consejos para sortear aquellas situaciones en que, a medida que vamos avanzando en la trama de nuestra novela, nos quedamos enfrascados en ciertos pasajes en los que sentimos que ya no podemos salir.

 

 

PROBLEMA 1

 

 

 

Te quedaste trabado en un pasaje: Sí. A todos nos sucede eventualmente. La exquisitez en detalles, y aquel ávido deseo de no dejar ningún dato que no sea descrito para deleite de nuestros lectores, podría hacer que nos quedemos trabados en algún pasaje, del que no podemos salir con facilidad.

 

¡SOLUCIÓN! : S A L T A T E L O. Dejalo en Stand-By. Continúa. De ser necesario deja de ahondar en el capítulo íntegro. Adelantate días, semanas, meses o incluso años. Transpórtate como creador o creadora a otro momento. Incluso inventa un cambio radical, un giro en la trama que te fuerce (Y también te facilite) a entrelazar ambos pasajes inconexos hasta el momento.


PROBLEMA 2

 


 


Te demoras mucho en escribir entre capítulo y capítulo. Sientes que tu obra jamás va a estar completa. Estás ansioso, pero ves que no avanzas.


¡SOLUCIÓN!


Creo que en este problema, la solución es incluso más fácil que la 'enfermedad'. Y bueno, avanza, avanza y no te detengas. Es una suerte de ¡Cooorre Forreest! versión escritor. No te esfuerces en refinar aquello que tienes aún en bruto. Primero, crea el esqueleto, la espina dorsal que permita a tu novela erguirse por si sola, para que ella misma tenga la fuerza para ponerse en forma. PERO, si no le das la espina dorsal, será muy dificil encausarla. En resumen, escribe como vomitando sobre el teclado. Despreocupate de la ortografía e incluso la coherencia. Solo escribe y da rienda suelta a tus ideas de principio a fin. Una vez que esté acabado tu borrador, es momento de que esta, ya madurada, comience a tomar su forma verdadera y definitiva.


PROBLEMA 3


No tengo ideas. Siento que me falta esa inyección de creatividad. Siento que mi historia va plana, carente de realidad.


¡SOLUCIÓN!


 
 
Un buen relato, a mi parecer, es el que se nutre de la realidad, por más fantasioso que parezca. Y es que toda obra, incluso las de ficción, sientan sus bases en la vida diaria, rutinaria. Busca detalles, frases, situaciones en tu día a díaNo te detengas. No es plagio, es transmutación. La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma. Esto mismo, es aplicable en la literatura, y también en otras ciencias creativas.


Y bueno, he aquí algunos pequeños TIPS, de colega a colega, para ir dandole forma a nuestro relato, y tratar de saltar ciertas situaciones que a veces nos hacen detenernos en lo que podría ser una gran obra literaria.

Espero que te sirvan...

Saludos... ¡Y a crear!

martes, 7 de diciembre de 2021

TU ERES



 

 

 Tus ojos tienen la profundidad de los océanos,

Y brillan con la luz de quien ha vivido 

muchas vidas

y tu voz, 

que es dulce como la miel de tus exesos

resuena en el abismo de mi pecho, 

y pone a vibrar mi alma como las cuerdas de una guitarra

cómo las aspas de un arpa,

como mis carnes cuando entran en contacto con las tuyas.

 




Bésame con los labios que ya han tenido dueños antes,

entregame tus elixires embriagantes,

seguro estoy que nada he probado antes

que se asemeje a esta pasión,

a esta adicción 

por tus encantos.


Hablame, 

aunque no quiera escucharte

Ahora tócame, 

por que no quiero sentirte

Vierte en mi el huracán de tu dulzura

y desde mis rincones más oscuros

 hazme gritar en el frenético trance

de dos cuerpos humeantes, 

vaporosos 

que ya se han conectado antes.


Somos dos, 

somos tres, 

somos cuatro...

¿Qué importa?

¿Quién define si esto es amor... 

o es odio?

¿Cómo les explicamos a nuestros niños

que los creamos en un irremediable tira y afloja

en donde tu sangre roja 

fue la fuente de vida

que dio inicio a esta odiea coja?

Que nos une 

en un  solo trayecto,

como si se tratase de un destino abyecto,

¿Es esto...

lo correcto?


Correcto...

Correcta es la materialización de tus mas profundos deseos

Correctas son tus carnes empapadas en el almizcle dulce de tus vapores

Correcta es la mirada infinita de tus ojos cuando los veo

Correctos son tus labios tersos que hablan un lenguaje secreto que yo solo leo.


Eres el soplo del invierno que cubre de nieve la copa de mi árbol,

la nuble gris que calma la sed de mis céspedes.

La autora.

La artífice,

la anfitriona que calma el hambre de mis huéspedes

que viven en mis adentros 

entre cuatro paredes.


Te amo,

te amo por que amo a la vida,

te amo por que diste a mi locura una salida,

una ida y una venida

Te amo por que diste a mi estómago una comida

y por que limpiaste el óxido de un alma corrída.


Por eso instala en mi dedo una sortija,

no soy quizá tan hombre para decirlo,

pero sí lo suficientemente humano 

para sentirlo.


Tomemos pues en solemne comunión las valijas,

y vámonos juntos,

que yo te seguiré por cualquier camino

que tu elijas.


 
 
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jueves, 26 de agosto de 2021

Reflexiones: ¿Cómo superar el bloqueo del escritor?

 

 

 ¡Diablos! Quiero escribir, pero no me sale nada... A ver, empezaré otra vez: Había una vez... había una vez... había...una...vez... ¡ A la mierda ! ; Mejor lo dejo hasta aquí. Me voy.

 

 


 

 

 

Y BUENO. Lo sé. Todos quienes somos escritores (o intentamos serlo, como es realmente mi caso) nos hemos visto muy a menudo enfrascados en esta situación. Quieres escribir ¡Por fin tienes un rato libre! Vas a tu computadora, ingresas a tu borrador, respiras hondo y.... ¡PAF!... Nada. Te quedas mirando la pantalla como una boba, mientras el símbolo, ese del que emanan las letras cada que vez que tecleas, titilea traviesamente, como burlándose de tí en tu cara. Es molesto, lo sé. Esto es lo que solemos conocer como: "El bloqueo de la escritora" ( Hoy quiero escribir en femenino, me parece más rebelde ).

 

 

Pues también hoy (hoy, hoy y hoy...), después de mucho deliberar qué podía escribir, decidí entregar a ustedes, mis queridas lectoras inexistentes, mi propia reflexión al respecto, y cómo superarlo, desde mi perspectiva personal. No es que esté pasando por uno de esos famositos bloqueos en este momento, pues tengo muchísimas ideas con las que ir completando mi actual novela, muchas de ellas anotadas celosamente en mis bloc de notas virtuales que guardo en los Archivos Literarios de mi computadora, o en alguna de mis tantas libretas que tengo regadas en la Sala de Trabajo.  Pero, la verdad, es que me aburre escribir durante muchos días seguidos sobre la misma temática. Hoy quise romper la disciplina y hablar un poco de aquello, pues últimamente he leído muchas quejas acerca de éste curioso fenómeno que aquejan a tantas escritoras por el ancho y largo mundo.

 


 


¿Cuándo sucede el famosito 'Bloqueo'?



¿Es necesario que te lo señale? Cuando llega, ya lo sabes. Lo sientes. Simplemente notas que no puedes escribir y ya. Otras veces puedes, pero no quieres. Y si dejas pasar tus sesiones de escritura más de dos veces consecutivas, prepárate entonces para caer en un espiral de desencanto del que a veces es dificil regresar. Pero no imposible. Es más, los escritores jóvenes y no tan jóvenes suelen volver a tomar sus escritos y borradores después de un tiempo de haberlos dejado. No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas. Me lo dice la experiencia misma, y las holgadas conversaciones que he tenido con otros colegas al rededor de América Latina, gracias a los beneficios que otorga la bendita tecnología de esta era digital, y los círculos y lazos que me he decidido (y atrevido) a formar en las diversas redes sociales. Ya llegaremos a ese punto en esta entrada, o quizá en otra.

 

 

Primero que todo, déjame decirte que es de lo más normal. No pierdas la cabeza, ni azotes tu frente contra el teclado (No sirve, y además puede que rompas tu instrumento para escribir. No lo sé,  puede que te arrepientas.). Hasta los genios más brillantes han encontrado bloqueos a lo largo de su vida. Los grandes matemáticos alguna vez no han podido resolver una ecuación y la han mandado a la mierda lejos. Y famosos escritores muchas veces han decidido no continuar por un largo, largo tiempo. Como mi gran referente, el Maestro Tolkien, que abandonó su último borrador de la Tierra Media un par de años antes de morir, o la primera escritora en convertirse en multimillonaria como lo es J.K. Rowling, cuya interesante historia nos deja muchas enseñanzas. Aunque discrepo con eso de que ha sido la primera, pues Coelho... Sí, Coehlo, ese tan criticado escritor, amado y odiado a partes iguales, también está en una muy acomodada situación producto de su brillante escritura, y por que ha sabido manejar muy bien sus finanzas e inversiones.

 

 


 

Escribir no es cosa de media tarde. Me refiero a quienes están en proyectos literarios como cuentos o novelas medianamente largas. Eso sí, si quieres escribir sin más, como un hobbie o un pasatiempos, puedes tomarte el tiempo que quieras, toda la vida si gustas, en escribir dos carillas. Estoy hablando de quienes pretenten publicar una obra. A esas que la ansiedad las corroe hasta la médula (Tal como a mi, en este momento, por mi ansiedad de querer publicar esta entrada). Y es que tengo muchas obras completas, y, sin embargo, recién en estos tiempos me decidí a publicar la primera, en la que actualmente me encuentro trabajando.  (Te dejo el enlace aquí, por si quieres echarle un vistazo) 

 

 

Y por la misma razón , producto de que nuestra obra, muy posiblemente, la tomaremos y retomaremos en distintas situaciones cotidianas, durante distintos días, semanas, meses y quizá años... Lo haremos también bajo distintos estados anímicos, sicológicos y emocionales. Y no todos los días estaremos de buenas pulgas.

 

 

"Lo importante, diría yo, es NUNCA, NUNCA DETENERTE."

 

 

 Y aquí te dejo algunos TIPS: 



  • Construye tu rutina: A algunas escritoras les acomoda escribir muy temprano en la manaña. Os daré mi ejemplo personal; Mi ritmo de trabajo es variable en sus horarios. A veces debo levantarme muy, muy temprano en la mañana para salir a trabajar y luego volver aún muy de mañana, ya sin sueño luego de ese poderoso shot de café que me serví antes de salir de casa a fin de no dormirme tras el volante. (Sí, soy chófer). Cuando volvía a casa, y ya no quería dormir, me sentaba cómoda y tranquilamente en mi parte favorita del sofá, y, calentándome al exquisito calor de la estufa, daba rienda suelta a mis ideas bajo el acogedor silencio de las siete de la mañana. Hay quienes disfrutan de escribir después de almuerzo, mientras reposan de su comida antes de ponerse en marcha a seguir con sus actividades. Otros, simplemente en la noche, cuando ya todos se van a dormir y ya no hay quien les moleste más. Todos los anteriores son mis casos.
  •  Asume que el bloqueo es un fenómeno normal: Como seres humanos, somos entes imperfectos. Y nuestra sicología polivalente nos hace pasar por altibajos emocionales que varían a lo largo de las semanas, los días e incluso las horas. Si hoy te sientes bloqueada para seguir creando ¡No te detengas! Puedes echar una repasada a lo que ya tienes escrito, corregir tu gramática o darle coherencia a tus ideas. Puede que repasando lo que ya llevas, se te ocurra un jugoso detalle que le de ese sazón que tu historia necesita.
  • No te apresures: No hay nada más nocivo que escribir una novela bajo presión. ¡Vamos! ¿Quién te apura? Si realmente deseas que tu obra salga como tu la quieres (Es decir, muy buena) Entonces dale su tiempo, para que esta madure dentro del vientre materno, que es tu mente y tu espíritu. Deja que las ideas fluyan y se conjugen, para que cuando estén listas, vean la luz en su máximo esplendor.
  • Usa herramientas externas: Como escritoras, muchas veces leemos y releemos nuestros escritos bajo el sesgo de nuestro propio juicio e interpretación. Quizá nos de bochorno pedirle a otra persona que nos lea TOOODA nuestra obra que llevamos escrita. Y si la leemos nosotras mismas, puede que pasemos por alto una y otra vez aquellos errores que otras personas detectan a simple vista. Mi consejo, para este punto es usar la herramienta de Lectura en Voz alta. Si usas Office, Microsoft Word posee esa herramienta, que sin duda te ayudará bastante si gustas de escucha tu escritura mientras fregas los platos o tiendes la cama.
  • ¡NO TE DETENGAS!: Y en este último punto quiero ser enfático. Por favor, no te detengas. Respeta tu rutina. ¡Tienes mucho que entregar! Si te sientes bloqueada, respira... Dejalo un rato. Dedícate a otra cosa. Pero ya mas relajada, sientate nuevamente, y deja a tus dedos fungir como canalizador de tus grandes ideas literarias. Ya llegará el momento para darles coherencia y más condimento, para que queden tal como tu quieres. Pero, sobre todo, jamás renuncies a tu sueño de escribir, y que el mundo entero te lea.

 

Y bueno, con esto me despido. Sin duda, el BLOQUEO DEL ESCRITOR, es un incómodo suceso que a todos nos ha ocurrido, ocurrirá y seguirá ocurriendo eventualmente a futuro. Pero, si somos lo suficientemente resilientes, sabremos que es uno de los obstáculos más comunes a sortear en la vida de los escritores.

 

POR FAVOR, ¡Nunca, nunca, nunca te rindas! 

 

 

T I E N E S       M U C H O        Q U E       E N T R E G A R

 


 


¡Nos estamos viendo en una próxima publicación!

Siempre suyo, mis queridas lectoras inexistentes,

 

El Escritor Artesanal.